viernes, 30 de marzo de 2012

PRODUCTORES AGRICOLAS , SISTEMAS AGRICOLAS Y CALCULOS PARA LA PRODUCTIVIDAD


Tipos de agricultura
 Los tipos de agricultura pueden dividirse según muy distintos criterios de clasificación:

Según su dependencia del agua:
 De secano: es la agricultura producida sin aporte de agua por parte del mismo agricultor, nutriéndose el suelo de la lluvia o aguas subterráneas.
 De regadío: se produce con el aporte de agua por parte del agricultor, mediante el suministro que se capta de cauces superficiales naturales o artificiales, o mediante la extracción de aguas subterráneas de los pozos.

Según la magnitud de la producción y su relación con el mercado:
 Agricultura de subsistencia: Consiste en la producción de la cantidad mínima de comida necesaria para cubrir las necesidades del agricultor y su familia, sin apenas excedentes que comercializar. El nivel técnico es primitivo.
 Agricultura industrial: Se producen grandes cantidades, utilizando costosos medios de producción, para obtener excedentes y comercializarlos. Típica de países industrializados, de los países en vías de desarrollo y del sector internacionalizado de los países más pobres. El nivel técnico es de orden tecnológico. También puede definirse como Agricultura de mercado.

Según se pretenda obtener el máximo rendimiento o la mínima utilización de otros medios de producción, lo que determinará una mayor o menor huella ecológica:
 Agricultura intensiva: busca una producción grande en poco espacio. Conlleva un mayor desgaste del sitio. Propia de los países industrializados.
 Agricultura extensiva: depende de una mayor superficie, es decir, provoca menor presión sobre el lugar y sus relaciones ecológicas, aunque sus beneficios comerciales suelen ser menores.

Según el método y objetivos:
 Agricultura tradicional: utiliza los sistemas típicos de un lugar, que han configurado la cultura del mismo, en periodos más o menos prolongados.
 Agricultura industrial: basada sobre todo en sistemas intensivos, está enfocada a producir grandes cantidades de alimentos en menos tiempo y espacio -pero con mayor desgaste ecológico-, dirigida a mover grandes beneficios comerciales.
 Agricultura ecológica, biológica u orgánica (son sinónimos): crean diversos sistemas de producción que respeten las características ecológicas de los lugares y geobiológicas de los suelos, procurando respetar las estaciones y las distribuciones naturales de las especies vegetales, fomentando la fertilidad del suelo.
 Agricultura natural: se recogen los productos producidos sin la intervención humana y se consumen.

Agricultura y medio ambiente
La agricultura tiene un gran impacto en el medio ambiente. En los últimos años, algunos aspectos de la agricultura intensiva a nivel industrial han sido cada vez más polémicos. La creciente influencia de las grandes compañías productoras de semillas y productos químicos y las procesadoras de comida preocupan cada vez más tanto a los agricultores como al público en general. El efecto desastroso sobre el entorno de la agricultura intensiva han causado que varias áreas anteriormente fértiles hayan dejado de serlo por completo, como ocurrió en tiempos con Oriente Medio, antaño la tierra de cultivo más fértil del mundo y ahora un desierto.

Clasifi. Producto básico Producción  
  (Int $1000)  Nota Producción (MT)  Nota

 1 Leche Vaca,Entera,Fresca 1.800.414 C  6.770.000 F 
 2 Carne Vacuna Indígena 1.657.146 C  801.219 F 
 3 Caña de Azúcar 827.669 C  39.849.240  
 4 Carne de Pollo Indígena 814.424 C  698.225 F 
 5 Platanos 754.154 C  3.400.000 F 
 6 Café Verde 558.050 C  682.580  
 7 Arroz en Cáscara 554.316 C  2.602.300  
 8 Huevos de Gallina 408.092 C  470.000 F 
 9 Patatas 380.494 C  2.623.194  
 10 Bananos 228.016 C  1.600.000 F 
 11 Maíz 167.502 C  1.441.501  
 12 Yuca (Mandioca) 153.139 C  2.125.163  
 13 Fruta Tropic Fresca nep 131.629 C  1.150.000 F 
 14 Aguacates 119.408 C  185.811  
 15 Carne de Cerdo Indígena 109.904 C  108.531 F 
 16 Tomates 88.774 C  374.684  
 17 Cebollas Secas 88.057 C  477.815  
 18 Piñas 81.156 C  419.647  
 19 Ñame 67.303 C  333.532  
 20 Tabaco en Bruto 65.198 C  35.760  

   No symbol = Cifra official
F = Estimación de la FAO  * = Cifra extraoficial
C = Cifra calculada 
 La producción en Int $1000 han sido calculados basados en precios internacionales 1999-2001

CRECIMIENTO DE LA AGRICULTURA
Los economistas e historiadores presentan varias perspectivas distintas sobre el crecimiento de la agricultura, a saber:

la perspectiva maltusiana de los recursos2, que pone de relieve la escasez de recursos de tierra y agua y los rendimientos decrecientes del trabajo al aumentar la fuerza de trabajo por unidad de recursos;
la perspectiva del cambio institucional, que pone de relieve las reducciones de los costos de transacción y el aumento de la eficiencia económica relacionada con los sistemas jurídicos, los derechos de propiedad y otras instituciones;
la perspectiva del capital humano, que subraya la mejora de la capacidad de gestión y producción de los agricultores y de quienes les suministran servicios;
la perspectiva de las prácticas idóneas (difusión de tecnología), que pone de relieve la capacidad organizada (extensión agraria) destinada a buscar la tecnología disponible para los agricultores y permitirles adoptarla más rápidamente;
la perspectiva de la invención adaptativa, que pone de relieve la creación de capacidad para llevar a cabo el desarrollo tecnológico mediante la invención adaptativa, es decir, modificando y mejorando la tecnología existente para adaptarla a las condiciones locales.
Estas perspectivas no se excluyen entre sí, salvo en el caso de la perspectiva maltusiana de los recursos, que se centra en el proceso de crecimiento económico cuando no se modifican las instituciones y los recursos humanos y no tiene lugar un proceso de invención y difusión de tecnología.

Esta perspectiva centra la atención en el crecimiento de la población (y de la fuerza de trabajo) y en la tierra y los recursos hídricos disponibles. Si existe abundancia de tierra y de recursos hídricos, la relación entre la población (fuerza de trabajo) y los recursos no debe disminuir necesariamente a medida que aumenta la población, ya que se pueden cultivar nuevas tierras. Ahora bien, cuando ya no sea posible ampliar los recursos de tierra (y los recursos hídricos), aumentará la proporción de la población en relación con los recursos y descenderá la producción per cápita.
La perspectiva maltusiana de los recursos lleva a una política que hace hincapié en la reducción del crecimiento demográfico. No reconoce formalmente el concepto de «carga/prima demográfica».

El efecto de carga/prima demográfica se basa en las diferencias existentes entre la tasa de crecimiento de la población y de la fuerza de trabajo. Cuando aumentan las tasas de crecimiento, como ocurrió prácticamente en todos los países en desarrollo durante los años cuarenta y cincuenta, el aumento de la población supera al crecimiento de la fuerza de trabajo durante una serie de años por el simple hecho de que los niños no se convierten en trabajadores hasta que no alcanzan una edad determinada. Esto supone una carga desde el punto de vista del consumo. A la inversa, cuando disminuyen las tasas de crecimiento demográfico, como ha ocurrido en la mayor parte de los países en desarrollo desde los decenios de 1950 y 1960, se produce una situación demográfica favorable (una prima demográfica) para el consumo al ser mayor el aumento del número de trabajadores que el de la población. La mayor parte de los países en desarrollo han experimentado un ciclo de carga/prima demográfica en diferentes momentos desde 1950. La prima demográfica es importante, aun cuando sea válida la perspectiva maltusiana de los recursos.

El «regalo demográfico» permite a los países incrementar sus inversiones y sus ahorros a la vez que crece su fuerza de trabajo.

Las perspectivas del cambio institucional, capital humano, prácticas idóneas e invención adaptativa se apartan de la perspectiva maltusiana de los recursos, introduciendo dinámicas que permiten a los productores aumentar la producción con los recursos de que disponen (trabajo, tierra, etc.). Es decir, introducen el cambio de la productividad (véase en el Recuadro 21 el cálculo aritmético de la productividad agrícola). Cada una de estas perspectivas guarda relación con el desarrollo de lo que se denomina en estas páginas capital tecnológico (CT), que representa la capacidad de un país para desarrollar, adaptar y aplicar tecnologías que permitan aumentar la productividad.

La perspectiva del cambio institucional aborda las deficiencias relacionadas con los costos de transacción y la existencia de unos mercados imperfectos. Las inversiones en infraestructura reducen los costos de transporte y de otra índole y pueden hacer que disminuyan también los costos de transacción. Las inversiones en instituciones (instituciones de crédito y sistemas jurídicos) tienen una gran importancia para las economías agrarias. La mejora de las instituciones y la infraestructura impulsan el crecimiento de la producción de alimentos per cápita incluso en las economías de tipo maltusiano, en las que se registran pocos cambios (o ninguno) en la tecnología de que disponen los agricultores.

La perspectiva del capital humano subraya la posibilidad de mejorar la capacidad de gestión y producción en la agricultura (el capital humano agrario) mediante la inversión en programas de capacitación (enseñanza), la experiencia y los programas de extensión agraria. Por consiguiente, la inversión en capital humano agrario puede redundar en un aumento de la producción de alimentos per cápita.


CÁLCULO ARITMÉTICO DEL CRECIMIENTO AGRÍCOLA

La producción agrícola (P) se puede expresar como producción por unidad de superficie (S) o rendimiento (R):

P = S x R

La tasa de crecimiento en P (Gp ), es simplemente la suma de la tasa de crecimiento en superficie (CS), y la tasa de crecimiento en rendimiento (GR):

C = Cs + CR

La producción agrícola (o ganadera) (P) se puede expresar también como una función de los insumos, es decir: superficie (S), trabajadores (T), maquinaria (M) y fertilizantes (F).

P = F (S, T, M, F)

La tasa de aumento de la producción (CP) se puede expresar como la suma de la tasa de crecimiento de los insumos de producción más un término residual que mide el crecimiento de la productividad total de los factores (PTF), CPTF, ponderada en función de la proporción del costo:

C = PRS CA + PRT CT + PRM CM + PRF CF + CPTF

Esta expresión define el concepto PTF, que es relación entre la producción (P) y un índice agregado de los factores (I). El crecimiento en I es:

CI = PRS CS + PRT CT + PRM CM + PRF CF

CPTF = CP - CI

Por lo tanto, el crecimiento PTF es la diferencia entre el crecimiento efectivo de la producción CP y el crecimiento de la producción que se habría registrado (CI) si los agricultores no hubieran modificado la tecnología de producción ni su comportamiento desde el punto de vista de la eficiencia. Se puede aumentar la producción aumentando la utilización de los factores de producción o utilizándolos con mayor eficiencia. Este último concepto es el que expresa el crecimiento PTF.


La perspectiva de las prácticas idóneas se centra en el hecho de que en un momento determinado es posible que los agricultores no hayan experimentado y adoptado todavía la tecnología existente que permitiría reducir los costos y aumentar el crecimiento, debido a las deficiencias en los sistemas de información y demostración de que disponen los agricultores. Por ello, la inversión en sistemas de extensión agraria determinará un crecimiento de la producción de alimentos per cápita al aproximar a los agricultores a las prácticas idóneas en el uso de la tecnología.

Por último, la perspectiva de la invención adaptativa hace hincapié en el hecho de que la tecnología agrícola es, en buena medida, específica para cada lugar determinado. Los procesos biológicos son sensibles al suelo, el clima e incluso las condiciones económicas. El cambio evolucionista natural darwiniano produjo una gran diversidad de especies que dio lugar a diferencias naturales en la vida animal y vegetal de cada nicho ecológico. Los agricultores sólo pudieron superar parcialmente este fenómeno al seleccionar las variedades locales que constituyen hoy en día la reserva de recursos genéticos utilizados por los mejoradores vegetales (y animales) modernos en su esfuerzo por obtener variedades y (razas) mejoradas. Los fitogenetistas modernos deben respetar también las condiciones edáficas y climáticas y adaptar las variedades mejoradas a las regiones o los nichos. Esto significa que la tecnología adecuada para un lugar puede no serlo en otro y que los programas de mejoramiento vegetal pueden aumentar la producción de alimentos per cápita.

No obstante, se ha establecido un vínculo entre la perspectiva maltusiana de los recursos y las restantes perspectivas en una serie de estudios económicos que abordan las relaciones entre el crecimiento demográfico (en relación con los recursos) y las políticas e inversiones intrínsecas a las perspectivas del cambio institucional, el capital humano, las prácticas idóneas y la invención adaptativa. Una de esas vinculaciones es la que se establece a través de los cambios e inversiones inducidos por la población3. Los estudios de este tipo se centran generalmente en la carga demográfica. La segunda vinculación se establece a través de la relación complementaria entre la prima demográfica y los cambios y la inversión institucionales4.

LA IMPORTANCIA DE LA INVERSIÓN EN EL AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA
La perspectiva del cambio institucional guarda relación con las inversiones, particularmente con las inversiones en la producción de bienes públicos5. La función que le incumbe al gobierno en una economía de mercado consiste en concebir y administrar instituciones (sistemas legales, reglamentos y política de competencia), ofrecer incentivos para conseguir que la producción privada (agrícola) sea eficaz e invertir en el suministro de bienes públicos cuando sea necesario. Muchos gobiernos de países en desarrollo intervienen con frecuencia en los mercados de forma inadecuada e invierten en empresas estatales de producción que demuestran ser ineficientes. En los últimos decenios se han acometido en muchos países reformas encaminadas a privatizar empresas estatales ineficaces y a eliminar las juntas de comercialización y otros organismos de reglamentación que no funcionan con la eficacia necesaria. Pero lo cierto es que estos movimientos de reforma no han reconocido en su justa medida la función histórica que desempeñan esos bienes públicos en la agricultura de todas las economías. La inversión del sector público en escuelas rurales, programas de extensión agraria e investigación agrícola aplicada tienen una importancia primordial para el desarrollo agrícola de todas las economías del mundo. La mera reforma institucional, sin inversiones en esos bienes públicos, no produce el crecimiento económico del sector agrario. Para conseguir el crecimiento no basta con una política pasiva que garantice el funcionamiento del mercado, sin programas de inversión pública en aspectos esenciales.

El crecimiento del sector agrícola requiere inversiones del sector público.

El proceso de aumento de la productividad agrícola mediante el progreso tecnológico, representado por cinco niveles subsiguientes de capital tecnológico (CT). Para cada nivel CT se indican cuatro niveles diferentes de rendimiento agrícola para un lugar determinado, a saber: (E), el rendimiento agrícola efectivo en ese lugar; (BP), el rendimiento mediante buenas prácticas, es decir, el rendimiento obtenido cuando los agricultores utilizan prácticas óptimas y tecnología adecuada al lugar; (PI), el rendimiento relacionado con el potencial de investigación, es decir, el rendimiento que se obtendría aplicando un programa de investigación adaptativa; (PC), el rendimiento relacionado con el potencial científico, es decir, el rendimiento óptimo que se obtendría aplicando un programa de investigación adaptativa con el respaldo de programas científicos previos a la invención internacionales y nacionales.


En relación con esos tres tipos de rendimientos es posible establecer tres «deficiencias»:

La deficiencia en materia de extensión (BP-E) es la diferencia entre el rendimiento conseguido aplicando prácticas óptimas (BP) y el rendimiento medio (M). Los programas de extensión y las inversiones en infraestructura tienen por objeto subsanar esta deficiencia.
La deficiencia en materia de investigación (PI-BP) es la diferencia entre el rendimiento relacionado con el potencial de investigación (PI) y el que se obtiene aplicando prácticas óptimas (BP). Cuando dan resultados satisfactorios, los programas de investigación permiten subsanar esta deficiencia.
La deficiencia científica (PC-PI) es la diferencia entre el rendimiento relacionado con el potencial científico (PC) y con el potencial de investigación (PI). Para subsanar esta deficiencia, deben aplicarse programas de investigación adaptativa con el respaldo de programas científicos previos a la invención internacionales y nacionales.
El proceso de incremento de la productividad agrícola guarda relación con la reducción progresiva de cada una de esas deficiencias, en primer lugar la deficiencia en materia de extensión, a continuación la deficiencia en materia de investigación y luego la deficiencia científica, a medida que aumenta la capacidad del país para adaptar y desarrollar tecnologías mejoradas, representada por el paso gradual del nivel I al nivel V de capital tecnológico (CT).
 Se ha de considerar primero el nivel I de capital tecnológico (CT). En este nivel, la actividad relacionada con la extensión, la investigación y la ciencia es escasa y la investigación que produce tecnología para otras regiones no tiene el mismo efecto en la región CT-I. Los niveles de enseñanza agraria son bajos, los mercados son deficientes y faltan infraestructuras. En esta etapa, las deficiencias en materia de extensión son importantes, de manera que existe un margen considerable para obtener un rendimiento elevado de la inversión en extensión e infraestructura, aunque haya pocos programas de investigación que permitan aumentar el rendimiento utilizando prácticas óptimas. La ejecución de programas adecuados contribuye a subsanar la deficiencia en materia de extensión y ello comporta la transición al nivel II de capital tecnológico. Para avanzar de CT-II a CT-III, la economía depende de que se supere el siguiente desfase, las deficiencias en materia de investigación, para lo cual es necesario establecer un vínculo directo entre investigación y extensión, de manera que los programas de extensión hagan llegar a los agricultores los resultados de los programas de investigación adaptativa. El paso de la fase CT-III a la CT-IV está relacionado con el incremento del potencial de investigación (PI) a medida que el programa de investigación adaptativa cuente con el respaldo de programas científicos previos a una invención internacionales y nacionales. La consecución de nuevos avances, es decir, el paso a la fase CT-V, en la que también se puede aumentar el rendimiento del potencial científico, exige la aplicación de programas científicos, de investigación y extensión más eficaces.

Si se analiza la situación de África y Asia, se advierte que algunas zonas de África no han hecho todavía la transición al nivel II de CT. La mayor parte de África se encuentra en la fase CT-II y sólo algunos países han avanzado al nivel CT-III, en la que los sistemas de investigación producen una corriente significativa de nueva tecnología adecuada a los agricultores de muchas regiones. Esta situación contrasta con la de Asia meridional y sudoriental, donde a mediados de los años sesenta muchas economías habían alcanzado ya el nivel CT-II y donde la tecnología de la revolución verde en relación con el arroz, el trigo, el maíz y otros cultivos les ha permitido avanzar al nivel CT-III. Actualmente, muchos países de Asia y América Latina cuentan con capital tecnológico correspondiente al nivel CT-IV.

Es posible que en otras regiones los sistemas de investigación permitan aumentar los rendimientos derivados de la aplicación de prácticas óptimas en economías del nivel CT-I antes de que avancen al nivel CT-II. En la práctica, los avances en materia de investigación se consiguen en su mayor parte en economías que ya han alcanzado el nivel CT-II o III en lo que respecta al mercado, la infraestructura y la capacidad. En algunos casos, esta evolución se ha visto impulsada por el desarrollo (con frecuencia en centros internacionales) de recursos genéticos y metodologías que aumentan los niveles de rendimiento relacionados con el PI. En África, estos niveles pueden ser muy bajos debido a la limitación de los recursos genéticos y a los graves problemas relacionados con las enfermedades y los insectos, de forma que el desfase en la investigación es realmente muy reducido. En tal caso, puede ser necesario un impulso en forma de mejoras científicas para conseguir mejores resultados en materia de investigación.

Se registran aumentos de productividad derivados de la tecnología en aquellos países en desarrollo que son capaces de adaptar invenciones creadas fuera de sus fronteras.

El primer estudio económico importante de la economía de la tecnología agrícola realizado por Zvi Griliches6 y se refiere a la introducción (en una parte porcentual de la superficie) del maíz híbrido por agricultores de diferentes estados de EE.UU. Griliches señala que, de hecho, la técnica de la hibridación es una invención de un método de invención, es decir, se trata de un descubrimiento científico previo a una invención. La invención real consistió en las variedades híbridas de maíz destinadas a nichos regionales. El propio método es un producto de la ciencia previa a la invención (el equivalente moderno es el desarrollo de métodos de biotecnología). Aunque en sí mismo el método tiene una cierta especificidad relativa al lugar, ésta es menor que la que corresponde a las invenciones efectivas. Así pues, las invenciones (las variedades de maíz híbrido) adecuadas a Iowa no lo eran (y por tanto no se introdujeron) en Alabama. Sólo cuando en Alabama se desarrolló la capacidad para elaborar programas de mejoramiento genético, lo que permitió desarrollar variedades híbridas de maíz adecuadas a las condiciones de ese estado, se pudo disponer allí de esta tecnología. Análogamente, la tecnología del maíz híbrido no estuvo disponible en Filipinas ni en la India hasta que se establecieron centros de investigación en esas regiones. Este «efecto Alabama» ha estado presente en todos los países en desarrollo.


MEDICIÓN DEL CRECIMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA AGRICULTURA
Aumentar la productividad supone conseguir incrementos de producción por unidad de recursos utilizados para obtener bienes y servicios. Para medir el aumento de la productividad se utilizan dos tipos de indicadores: los índices de productividad parcial de los factores (PPF) y los índices de productividad total de los factores (PTF). Estos índices permiten establecer comparaciones entre distintas regiones (países) y períodos.

La producción ha crecido con más rapidez en los países en desarrollo que en los desarrollados, pero no se ha vuelto más variable.

La medición de la productividad parcial de los factores
La medición de la PPF es una relación entre la producción y un único factor de producción. El índice más utilizado en la economía general es el índice de productividad del trabajo, P/T, o producción (P) por trabajador (T). La producción se puede medir para un único producto, en cuyo caso se puede medir en unidades de cantidad, o para un conjunto de productos, y en ese caso es necesario utilizar precios para agregar productos en un precio constante. Para poder establecer comparaciones a lo largo del tiempo debe tratarse de precios constantes. En la agricultura, el índice PPF más comúnmente utilizado es el de la producción por unidad de tierra, o rendimiento de los cultivos. Este índice se utiliza desde hace varios siglos y permite hacer comparaciones entre lugares y períodos. Al realizar comparaciones entre distintos lugares es preciso tener en cuenta las diferencias de suelo y clima. La evolución del rendimiento a lo largo del tiempo en un lugar determinado se utiliza en muchos casos como indicador de una mayor eficiencia económica.


Los rendimientos de los principales grupos de cultivos en los países desarrollados y en desarrollo durante los decenios comprendidos entre los años cincuenta y noventa. De los datos que contiene se desprende que en tanto que los rendimientos son más elevados en los países desarrollados, la variación del rendimiento ha sido más alta en los países en desarrollo.

Una preocupación que se manifiesta con frecuencia con respecto a los aumentos de rendimiento es la mayor variabilidad que se ha registrado al aumentar los rendimientos, y que generalmente guarda relación con la mayor variabilidad de los ingresos agrícolas. En la Figura 24 se presenta también el coeficiente de variación7. No aparece una tendencia clara en lo que respecta a los coeficientes de variación. Al parecer, el incremento del rendimiento no comporta una mayor variabilidad del rendimiento ni de la producción.

La principal limitación de las mediciones de la PPF radica en que pueden resultar afectadas por los cambios registrados en factores distintos del factor utilizado en el índice. Por ejemplo, el aumento de las aplicaciones de fertilizante por unidad de superficie aumenta el rendimiento. No se puede deducir, por tanto, que el incremento de los rendimientos de los cultivos se debe al mejoramiento genético o a la reducción de los costos de transacción, a menos que se utilice en el análisis algún tipo de control sobre la utilización de otros factores (ya sea estadística o experimentalmente).

Mediciones de la productividad total de los factores (para el conjunto de la agricultura)

En ocasiones se utilizan las mediciones de la productividad total de los factores (PTF) para comparar la productividad de diferentes lugares, pero resultan especialmente adecuados para comparar los aumentos de productividad a lo largo del tiempo. Difieren de las mediciones de la productividad parcial de los factores (PPF) en el hecho de que se expresan como la relación entre la producción y un índice de diferentes factores de producción ponderado en función de la proporción del costo.

Dicho en otros términos, la PTF es la relación entre un índice de producción y un índice de insumos agregados. La tasa de crecimiento de la PTF equivale a la tasa de crecimiento de la producción menos la tasa de crecimiento del índice de insumos agregados. Esto corresponde a la diferencia entre el crecimiento real de la producción y la producción que se habría conseguido de no haber variado la productividad. Los cambios en la PTF indican también el cambio del costo que comporta producir una unidad de producto, manteniéndose constante los precios de los insumos.

Varios estudios han calculado los cambios de la PTF en diferentes países, pero por lo general resulta difícil establecer comparaciones entre países al utilizarse sistemas diferentes respecto de los ajustes de los cambios en la calidad de los factores de producción y porque los datos disponibles son diferentes para cada estudio y para cada país. Ahora bien, los datos procedentes de la FAO permiten calcular la tasa de crecimiento de la PTF en 89 países en desarrollo durante el período 1961-1996, basándose en 7 factores de producción 

De los 89 países, 14 registraron una tasa negativa de crecimiento de la PTF durante el período comprendido entre 1961 y 1996. De ellos, 11 países pertenecían al África subsahariana y tres a la región del Caribe. Dada la escasa precisión de la medición, es posible que la tasa negativa de crecimiento de la PTF sea consecuencia de un error (sólo en 6 casos era esa tasa negativa superior a 0,5 por ciento). Sin embargo, es posible también que se produjera una disminución «real» de la PTF cuando se registraron problemas de degradación de la tierra. Es interesante señalar que es la región del Cercano Oriente y África del Norte la que presenta un crecimiento medio más elevado de la PTF. Tal vez, la característica más destacada de estas estimaciones aproximadas de las tasas de crecimiento de la PTF es que muestran una gran dispersión y variabilidad de una a otra región.


MEDICIÓN DE LAS TASAS DE CRECIMIENTO DE LA PTF

Los datos de AGROSTAT de la FAO permiten calcular la tasa de crecimiento de la PTF en el período comprendido entre 1961 y 1996, considerando siete factores de producción. En primer término, se estiman estadísticamente las tasas de crecimiento de la producción de cada uno de los factores.
En segundo lugar, se estima la proporción de los factores para tres períodos determinados (1961-76, 1971-86 y 1981-96), utilizando la relación factores/producción y estimaciones de la proporción de los factores realizadas en estudios independientes de la India y el Brasil. A continuación se explica el cálculo aritmético.

El crecimiento de la PTF (CPTF) se define como el crecimiento de la producción (CP) menos el crecimiento de los insumos de producción (CI) 

CPTF = CP - CI

 Se puede estimar el aumento de la producción para los períodos 1961-76, 1971-86 y 1981-96 a partir de los datos de AGROSTAT como el coeficiente b en una regresión del grupo de datos para cada país.

log (P) = a + b año
 El crecimiento de los insumos se define como:

CI = PRSCS + PRRCR+ PRT CT + PRAN CAN + PRTR GTR + PRC CC + PRF CF

siendo CS el crecimiento de la superficie cultivada, y PRS la proporción del costo;
CR el crecimiento de la superficie de regadío, y PRR la proporción del costo;
CT el crecimiento en trabajadores agrícolas, y PRT la proporción del costo;
CAN el crecimiento en animales de labor, y PRAN la proporción del costo;
CTR el crecimiento en el número de tractores, y PRTR la proporción del costo;
CC el crecimiento en el número de cosechas, y PRC la proporción del costo;
CF el crecimiento en fertilizantes, y PRF la proporción del costo.

 Se estimaron las tasas de crecimiento de cada factor para los tres períodos utilizando el mismo procedimiento empleado para calcular la producción.

 La proporción de los factores se estimó calibrando los estudios de la PTF en la India y para el Brasil para varios períodos.


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