Tipos de agricultura
Los
tipos de agricultura pueden dividirse según muy distintos criterios de
clasificación:
De
secano: es la agricultura producida sin aporte de agua por parte del mismo
agricultor, nutriéndose el suelo de la lluvia o aguas subterráneas.
De
regadío: se produce con el aporte de agua por parte del agricultor, mediante el
suministro que se capta de cauces superficiales naturales o artificiales, o
mediante la extracción de aguas subterráneas de los pozos.
Según la magnitud de la producción y su
relación con el mercado:
Agricultura de subsistencia: Consiste en la
producción de la cantidad mínima de comida necesaria para cubrir las necesidades
del agricultor y su familia, sin apenas excedentes que comercializar. El nivel
técnico es primitivo.
Agricultura industrial: Se producen grandes
cantidades, utilizando costosos medios de producción, para obtener excedentes y
comercializarlos. Típica de países industrializados, de los países en vías de
desarrollo y del sector internacionalizado de los países más pobres. El nivel
técnico es de orden tecnológico. También puede definirse como Agricultura de
mercado.
Según se pretenda obtener el máximo
rendimiento o la mínima utilización de otros medios de producción, lo que
determinará una mayor o menor huella ecológica:
Agricultura intensiva: busca una producción
grande en poco espacio. Conlleva un mayor desgaste del sitio. Propia de los
países industrializados.
Agricultura extensiva: depende de una mayor
superficie, es decir, provoca menor presión sobre el lugar y sus relaciones
ecológicas, aunque sus beneficios comerciales suelen ser menores.
Según el método y objetivos:
Agricultura tradicional: utiliza los sistemas
típicos de un lugar, que han configurado la cultura del mismo, en periodos más
o menos prolongados.
Agricultura industrial: basada sobre todo en
sistemas intensivos, está enfocada a producir grandes cantidades de alimentos
en menos tiempo y espacio -pero con mayor desgaste ecológico-, dirigida a mover
grandes beneficios comerciales.
Agricultura ecológica, biológica u orgánica
(son sinónimos): crean diversos sistemas de producción que respeten las
características ecológicas de los lugares y geobiológicas de los suelos,
procurando respetar las estaciones y las distribuciones naturales de las
especies vegetales, fomentando la fertilidad del suelo.
Agricultura natural: se recogen los productos
producidos sin la intervención humana y se consumen.
Agricultura y medio ambiente
La agricultura tiene un gran impacto en el
medio ambiente. En los últimos años, algunos aspectos de la agricultura
intensiva a nivel industrial han sido cada vez más polémicos. La creciente
influencia de las grandes compañías productoras de semillas y productos
químicos y las procesadoras de comida preocupan cada vez más tanto a los
agricultores como al público en general. El efecto desastroso sobre el entorno
de la agricultura intensiva han causado que varias áreas anteriormente fértiles
hayan dejado de serlo por completo, como ocurrió en tiempos con Oriente Medio,
antaño la tierra de cultivo más fértil del mundo y ahora un desierto.
Clasifi. Producto básico Producción
(Int $1000) Nota Producción (MT) Nota
1
Leche Vaca,Entera,Fresca 1.800.414
C 6.770.000 F
2
Carne Vacuna Indígena 1.657.146
C 801.219 F
3
Caña de Azúcar 827.669 C 39.849.240
4
Carne de Pollo Indígena 814.424
C 698.225 F
5
Platanos 754.154 C 3.400.000 F
6
Café Verde 558.050 C 682.580
7
Arroz en Cáscara 554.316 C 2.602.300
8
Huevos de Gallina 408.092
C 470.000 F
9
Patatas 380.494 C 2.623.194
10
Bananos 228.016 C 1.600.000 F
11
Maíz 167.502 C 1.441.501
12
Yuca (Mandioca) 153.139 C 2.125.163
13
Fruta Tropic Fresca nep 131.629
C 1.150.000 F
14
Aguacates 119.408 C 185.811
15
Carne de Cerdo Indígena 109.904
C 108.531 F
16
Tomates 88.774 C 374.684
17
Cebollas Secas 88.057 C 477.815
18
Piñas 81.156 C 419.647
19
Ñame 67.303 C 333.532
20
Tabaco en Bruto 65.198 C 35.760
No
symbol = Cifra official
F = Estimación de la FAO * = Cifra extraoficial
C = Cifra calculada
La
producción en Int $1000 han sido calculados basados en precios internacionales
1999-2001
CRECIMIENTO DE LA AGRICULTURA
Los economistas e historiadores presentan
varias perspectivas distintas sobre el crecimiento de la agricultura, a saber:
la perspectiva maltusiana de los recursos2,
que pone de relieve la escasez de recursos de tierra y agua y los rendimientos
decrecientes del trabajo al aumentar la fuerza de trabajo por unidad de
recursos;
la perspectiva del cambio institucional,
que pone de relieve las reducciones de los costos de transacción y el aumento
de la eficiencia económica relacionada con los sistemas jurídicos, los derechos
de propiedad y otras instituciones;
la perspectiva del capital humano, que
subraya la mejora de la capacidad de gestión y producción de los agricultores y
de quienes les suministran servicios;
la perspectiva de las prácticas idóneas
(difusión de tecnología), que pone de relieve la capacidad organizada
(extensión agraria) destinada a buscar la tecnología disponible para los
agricultores y permitirles adoptarla más rápidamente;
la perspectiva de la invención adaptativa,
que pone de relieve la creación de capacidad para llevar a cabo el desarrollo
tecnológico mediante la invención adaptativa, es decir, modificando y mejorando
la tecnología existente para adaptarla a las condiciones locales.
Estas perspectivas no se excluyen entre sí,
salvo en el caso de la perspectiva maltusiana de los recursos, que se centra en
el proceso de crecimiento económico cuando no se modifican las instituciones y
los recursos humanos y no tiene lugar un proceso de invención y difusión de
tecnología.
Esta perspectiva centra la atención en el
crecimiento de la población (y de la fuerza de trabajo) y en la tierra y los
recursos hídricos disponibles. Si existe abundancia de tierra y de recursos
hídricos, la relación entre la población (fuerza de trabajo) y los recursos no
debe disminuir necesariamente a medida que aumenta la población, ya que se
pueden cultivar nuevas tierras. Ahora bien, cuando ya no sea posible ampliar
los recursos de tierra (y los recursos hídricos), aumentará la proporción de la
población en relación con los recursos y descenderá la producción per cápita.
La perspectiva maltusiana de los recursos
lleva a una política que hace hincapié en la reducción del crecimiento
demográfico. No reconoce formalmente el concepto de «carga/prima demográfica».
El efecto de carga/prima demográfica se
basa en las diferencias existentes entre la tasa de crecimiento de la población
y de la fuerza de trabajo. Cuando aumentan las tasas de crecimiento, como
ocurrió prácticamente en todos los países en desarrollo durante los años
cuarenta y cincuenta, el aumento de la población supera al crecimiento de la
fuerza de trabajo durante una serie de años por el simple hecho de que los
niños no se convierten en trabajadores hasta que no alcanzan una edad
determinada. Esto supone una carga desde el punto de vista del consumo. A la
inversa, cuando disminuyen las tasas de crecimiento demográfico, como ha
ocurrido en la mayor parte de los países en desarrollo desde los decenios de
1950 y 1960, se produce una situación demográfica favorable (una prima
demográfica) para el consumo al ser mayor el aumento del número de trabajadores
que el de la población. La mayor parte de los países en desarrollo han
experimentado un ciclo de carga/prima demográfica en diferentes momentos desde
1950. La prima demográfica es importante, aun cuando sea válida la perspectiva
maltusiana de los recursos.
El «regalo demográfico» permite a los
países incrementar sus inversiones y sus ahorros a la vez que crece su fuerza
de trabajo.
Las perspectivas del cambio institucional,
capital humano, prácticas idóneas e invención adaptativa se apartan de la
perspectiva maltusiana de los recursos, introduciendo dinámicas que permiten a
los productores aumentar la producción con los recursos de que disponen
(trabajo, tierra, etc.). Es decir, introducen el cambio de la productividad
(véase en el Recuadro 21 el cálculo aritmético de la productividad agrícola).
Cada una de estas perspectivas guarda relación con el desarrollo de lo que se denomina
en estas páginas capital tecnológico (CT), que representa la capacidad de un
país para desarrollar, adaptar y aplicar tecnologías que permitan aumentar la
productividad.
La perspectiva del cambio institucional
aborda las deficiencias relacionadas con los costos de transacción y la
existencia de unos mercados imperfectos. Las inversiones en infraestructura
reducen los costos de transporte y de otra índole y pueden hacer que disminuyan
también los costos de transacción. Las inversiones en instituciones
(instituciones de crédito y sistemas jurídicos) tienen una gran importancia
para las economías agrarias. La mejora de las instituciones y la
infraestructura impulsan el crecimiento de la producción de alimentos per
cápita incluso en las economías de tipo maltusiano, en las que se registran
pocos cambios (o ninguno) en la tecnología de que disponen los agricultores.
La perspectiva del capital humano subraya
la posibilidad de mejorar la capacidad de gestión y producción en la
agricultura (el capital humano agrario) mediante la inversión en programas de
capacitación (enseñanza), la experiencia y los programas de extensión agraria.
Por consiguiente, la inversión en capital humano agrario puede redundar en un
aumento de la producción de alimentos per cápita.
CÁLCULO ARITMÉTICO DEL CRECIMIENTO AGRÍCOLA
La producción agrícola (P) se puede
expresar como producción por unidad de superficie (S) o rendimiento (R):
P = S x R
La tasa de crecimiento en P (Gp ), es
simplemente la suma de la tasa de crecimiento en superficie (CS), y la tasa de
crecimiento en rendimiento (GR):
C = Cs + CR
La producción agrícola (o ganadera) (P) se
puede expresar también como una función de los insumos, es decir: superficie
(S), trabajadores (T), maquinaria (M) y fertilizantes (F).
P = F (S, T, M, F)
La tasa de aumento de la producción (CP) se
puede expresar como la suma de la tasa de crecimiento de los insumos de
producción más un término residual que mide el crecimiento de la productividad
total de los factores (PTF), CPTF, ponderada en función de la proporción del
costo:
C = PRS CA
+ PRT CT + PRM CM + PRF CF + CPTF
Esta expresión define el concepto PTF, que
es relación entre la producción (P) y un índice agregado de los factores (I).
El crecimiento en I es:
CI = PRS CS + PRT CT + PRM CM + PRF CF
CPTF = CP - CI
Por lo tanto, el crecimiento PTF es la
diferencia entre el crecimiento efectivo de la producción CP y el crecimiento
de la producción que se habría registrado (CI) si los agricultores no hubieran
modificado la tecnología de producción ni su comportamiento desde el punto de
vista de la eficiencia. Se puede aumentar la producción aumentando la
utilización de los factores de producción o utilizándolos con mayor eficiencia.
Este último concepto es el que expresa el crecimiento PTF.
La perspectiva de las prácticas idóneas se
centra en el hecho de que en un momento determinado es posible que los
agricultores no hayan experimentado y adoptado todavía la tecnología existente
que permitiría reducir los costos y aumentar el crecimiento, debido a las
deficiencias en los sistemas de información y demostración de que disponen los
agricultores. Por ello, la inversión en sistemas de extensión agraria
determinará un crecimiento de la producción de alimentos per cápita al aproximar
a los agricultores a las prácticas idóneas en el uso de la tecnología.
Por último, la perspectiva de la invención
adaptativa hace hincapié en el hecho de que la tecnología agrícola es, en buena
medida, específica para cada lugar determinado. Los procesos biológicos son
sensibles al suelo, el clima e incluso las condiciones económicas. El cambio
evolucionista natural darwiniano produjo una gran diversidad de especies que
dio lugar a diferencias naturales en la vida animal y vegetal de cada nicho ecológico.
Los agricultores sólo pudieron superar parcialmente este fenómeno al
seleccionar las variedades locales que constituyen hoy en día la reserva de
recursos genéticos utilizados por los mejoradores vegetales (y animales)
modernos en su esfuerzo por obtener variedades y (razas) mejoradas. Los
fitogenetistas modernos deben respetar también las condiciones edáficas y
climáticas y adaptar las variedades mejoradas a las regiones o los nichos. Esto
significa que la tecnología adecuada para un lugar puede no serlo en otro y que
los programas de mejoramiento vegetal pueden aumentar la producción de
alimentos per cápita.
No obstante, se ha establecido un vínculo
entre la perspectiva maltusiana de los recursos y las restantes perspectivas en
una serie de estudios económicos que abordan las relaciones entre el
crecimiento demográfico (en relación con los recursos) y las políticas e
inversiones intrínsecas a las perspectivas del cambio institucional, el capital
humano, las prácticas idóneas y la invención adaptativa. Una de esas
vinculaciones es la que se establece a través de los cambios e inversiones
inducidos por la población3. Los estudios de este tipo se centran generalmente
en la carga demográfica. La segunda vinculación se establece a través de la
relación complementaria entre la prima demográfica y los cambios y la inversión
institucionales4.
La perspectiva del cambio institucional
guarda relación con las inversiones, particularmente con las inversiones en la
producción de bienes públicos5. La función que le incumbe al gobierno en una
economía de mercado consiste en concebir y administrar instituciones (sistemas
legales, reglamentos y política de competencia), ofrecer incentivos para
conseguir que la producción privada (agrícola) sea eficaz e invertir en el
suministro de bienes públicos cuando sea necesario. Muchos gobiernos de países
en desarrollo intervienen con frecuencia en los mercados de forma inadecuada e
invierten en empresas estatales de producción que demuestran ser ineficientes.
En los últimos decenios se han acometido en muchos países reformas encaminadas
a privatizar empresas estatales ineficaces y a eliminar las juntas de
comercialización y otros organismos de reglamentación que no funcionan con la
eficacia necesaria. Pero lo cierto es que estos movimientos de reforma no han
reconocido en su justa medida la función histórica que desempeñan esos bienes
públicos en la agricultura de todas las economías. La inversión del sector
público en escuelas rurales, programas de extensión agraria e investigación
agrícola aplicada tienen una importancia primordial para el desarrollo agrícola
de todas las economías del mundo. La mera reforma institucional, sin
inversiones en esos bienes públicos, no produce el crecimiento económico del
sector agrario. Para conseguir el crecimiento no basta con una política pasiva
que garantice el funcionamiento del mercado, sin programas de inversión pública
en aspectos esenciales.
El crecimiento del sector agrícola requiere
inversiones del sector público.
El proceso de aumento de la productividad agrícola mediante el
progreso tecnológico, representado por cinco niveles subsiguientes de capital
tecnológico (CT). Para cada nivel CT se indican cuatro niveles diferentes de
rendimiento agrícola para un lugar determinado, a saber: (E), el rendimiento
agrícola efectivo en ese lugar; (BP), el rendimiento mediante buenas prácticas,
es decir, el rendimiento obtenido cuando los agricultores utilizan prácticas
óptimas y tecnología adecuada al lugar; (PI), el rendimiento relacionado con el
potencial de investigación, es decir, el rendimiento que se obtendría aplicando
un programa de investigación adaptativa; (PC), el rendimiento relacionado con
el potencial científico, es decir, el rendimiento óptimo que se obtendría
aplicando un programa de investigación adaptativa con el respaldo de programas
científicos previos a la invención internacionales y nacionales.
En relación con esos tres tipos de
rendimientos es posible establecer tres «deficiencias»:
La deficiencia en materia de extensión
(BP-E) es la diferencia entre el rendimiento conseguido aplicando prácticas
óptimas (BP) y el rendimiento medio (M). Los programas de extensión y las
inversiones en infraestructura tienen por objeto subsanar esta deficiencia.
La deficiencia en materia de investigación
(PI-BP) es la diferencia entre el rendimiento relacionado con el potencial de
investigación (PI) y el que se obtiene aplicando prácticas óptimas (BP). Cuando
dan resultados satisfactorios, los programas de investigación permiten subsanar
esta deficiencia.
La deficiencia científica (PC-PI) es la
diferencia entre el rendimiento relacionado con el potencial científico (PC) y
con el potencial de investigación (PI). Para subsanar esta deficiencia, deben
aplicarse programas de investigación adaptativa con el respaldo de programas
científicos previos a la invención internacionales y nacionales.
El proceso de incremento de la
productividad agrícola guarda relación con la reducción progresiva de cada una
de esas deficiencias, en primer lugar la deficiencia en materia de extensión, a
continuación la deficiencia en materia de investigación y luego la deficiencia
científica, a medida que aumenta la capacidad del país para adaptar y
desarrollar tecnologías mejoradas, representada por el paso gradual del nivel I
al nivel V de capital tecnológico (CT).
Si se analiza la situación de África y
Asia, se advierte que algunas zonas de África no han hecho todavía la
transición al nivel II de CT. La mayor parte de África se encuentra en la fase
CT-II y sólo algunos países han avanzado al nivel CT-III, en la que los
sistemas de investigación producen una corriente significativa de nueva
tecnología adecuada a los agricultores de muchas regiones. Esta situación
contrasta con la de Asia meridional y sudoriental, donde a mediados de los años
sesenta muchas economías habían alcanzado ya el nivel CT-II y donde la
tecnología de la revolución verde en relación con el arroz, el trigo, el maíz y
otros cultivos les ha permitido avanzar al nivel CT-III. Actualmente, muchos
países de Asia y América Latina cuentan con capital tecnológico correspondiente
al nivel CT-IV.
Es posible que en otras regiones los
sistemas de investigación permitan aumentar los rendimientos derivados de la
aplicación de prácticas óptimas en economías del nivel CT-I antes de que
avancen al nivel CT-II. En la práctica, los avances en materia de investigación
se consiguen en su mayor parte en economías que ya han alcanzado el nivel CT-II
o III en lo que respecta al mercado, la infraestructura y la capacidad. En
algunos casos, esta evolución se ha visto impulsada por el desarrollo (con
frecuencia en centros internacionales) de recursos genéticos y metodologías que
aumentan los niveles de rendimiento relacionados con el PI. En África, estos
niveles pueden ser muy bajos debido a la limitación de los recursos genéticos y
a los graves problemas relacionados con las enfermedades y los insectos, de
forma que el desfase en la investigación es realmente muy reducido. En tal
caso, puede ser necesario un impulso en forma de mejoras científicas para
conseguir mejores resultados en materia de investigación.
Se registran aumentos de productividad
derivados de la tecnología en aquellos países en desarrollo que son capaces de
adaptar invenciones creadas fuera de sus fronteras.
El primer estudio
económico importante de la economía de la tecnología agrícola realizado por Zvi
Griliches6 y se refiere a la introducción (en una parte porcentual de la
superficie) del maíz híbrido por agricultores de diferentes estados de EE.UU. Griliches
señala que, de hecho, la técnica de la hibridación es una invención de un
método de invención, es decir, se trata de un descubrimiento científico previo
a una invención. La invención real consistió en las variedades híbridas de maíz
destinadas a nichos regionales. El propio método es un producto de la ciencia
previa a la invención (el equivalente moderno es el desarrollo de métodos de
biotecnología). Aunque en sí mismo el método tiene una cierta especificidad
relativa al lugar, ésta es menor que la que corresponde a las invenciones
efectivas. Así pues, las invenciones (las variedades de maíz híbrido) adecuadas
a Iowa no lo eran (y por tanto no se introdujeron) en Alabama. Sólo cuando en
Alabama se desarrolló la capacidad para elaborar programas de mejoramiento
genético, lo que permitió desarrollar variedades híbridas de maíz adecuadas a
las condiciones de ese estado, se pudo disponer allí de esta tecnología.
Análogamente, la tecnología del maíz híbrido no estuvo disponible en Filipinas
ni en la India
hasta que se establecieron centros de investigación en esas regiones. Este
«efecto Alabama» ha estado presente en todos los países en desarrollo.
MEDICIÓN DEL CRECIMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA AGRICULTURA
Aumentar la productividad supone conseguir incrementos
de producción por unidad de recursos utilizados para obtener bienes y
servicios. Para medir el aumento de la productividad se utilizan dos tipos de
indicadores: los índices de productividad parcial de los factores (PPF) y los
índices de productividad total de los factores (PTF). Estos índices permiten
establecer comparaciones entre distintas regiones (países) y períodos.
La producción ha crecido con más rapidez en
los países en desarrollo que en los desarrollados, pero no se ha vuelto más
variable.
La medición de la productividad parcial de
los factores
La medición de la PPF es una relación entre la
producción y un único factor de producción. El índice más utilizado en la
economía general es el índice de productividad del trabajo, P/T, o producción
(P) por trabajador (T). La producción se puede medir para un único producto, en
cuyo caso se puede medir en unidades de cantidad, o para un conjunto de
productos, y en ese caso es necesario utilizar precios para agregar productos
en un precio constante. Para poder establecer comparaciones a lo largo del
tiempo debe tratarse de precios constantes. En la agricultura, el índice PPF
más comúnmente utilizado es el de la producción por unidad de tierra, o
rendimiento de los cultivos. Este índice se utiliza desde hace varios siglos y
permite hacer comparaciones entre lugares y períodos. Al realizar comparaciones
entre distintos lugares es preciso tener en cuenta las diferencias de suelo y
clima. La evolución del rendimiento a lo largo del tiempo en un lugar determinado
se utiliza en muchos casos como indicador de una mayor eficiencia económica.
Los
rendimientos de los principales grupos de cultivos en los países desarrollados
y en desarrollo durante los decenios comprendidos entre los años cincuenta y
noventa. De los datos que contiene se desprende que en tanto que los
rendimientos son más elevados en los países desarrollados, la variación del
rendimiento ha sido más alta en los países en desarrollo.
Una preocupación que se manifiesta con
frecuencia con respecto a los aumentos de rendimiento es la mayor variabilidad
que se ha registrado al aumentar los rendimientos, y que generalmente guarda
relación con la mayor variabilidad de los ingresos agrícolas. En la Figura 24 se presenta
también el coeficiente de variación7. No aparece una tendencia clara en lo que
respecta a los coeficientes de variación. Al parecer, el incremento del
rendimiento no comporta una mayor variabilidad del rendimiento ni de la
producción.
La principal limitación de las mediciones
de la PPF radica
en que pueden resultar afectadas por los cambios registrados en factores
distintos del factor utilizado en el índice. Por ejemplo, el aumento de las
aplicaciones de fertilizante por unidad de superficie aumenta el rendimiento.
No se puede deducir, por tanto, que el incremento de los rendimientos de los
cultivos se debe al mejoramiento genético o a la reducción de los costos de
transacción, a menos que se utilice en el análisis algún tipo de control sobre
la utilización de otros factores (ya sea estadística o experimentalmente).
Mediciones de la productividad total de los
factores (para el conjunto de la agricultura)
En ocasiones se utilizan las mediciones de
la productividad total de los factores (PTF) para comparar la productividad de
diferentes lugares, pero resultan especialmente adecuados para comparar los
aumentos de productividad a lo largo del tiempo. Difieren de las mediciones de
la productividad parcial de los factores (PPF) en el hecho de que se expresan
como la relación entre la producción y un índice de diferentes factores de
producción ponderado en función de la proporción del costo.
Dicho en otros términos, la PTF es la relación entre un
índice de producción y un índice de insumos agregados. La tasa de crecimiento
de la PTF
equivale a la tasa de crecimiento de la producción menos la tasa de crecimiento
del índice de insumos agregados. Esto corresponde a la diferencia entre el
crecimiento real de la producción y la producción que se habría conseguido de
no haber variado la productividad. Los cambios en la PTF indican también el cambio
del costo que comporta producir una unidad de producto, manteniéndose constante
los precios de los insumos.
Varios estudios han calculado los cambios
de la PTF en
diferentes países, pero por lo general resulta difícil establecer comparaciones
entre países al utilizarse sistemas diferentes respecto de los ajustes de los
cambios en la calidad de los factores de producción y porque los datos
disponibles son diferentes para cada estudio y para cada país. Ahora bien, los
datos procedentes de la FAO
permiten calcular la tasa de crecimiento de la PTF en 89 países en desarrollo durante el período
1961-1996, basándose en 7 factores de producción
De los 89 países, 14 registraron una
tasa negativa de crecimiento de la
PTF durante el período comprendido entre 1961 y 1996. De
ellos, 11 países pertenecían al África subsahariana y tres a la región del
Caribe. Dada la escasa precisión de la medición, es posible que la tasa
negativa de crecimiento de la PTF
sea consecuencia de un error (sólo en 6 casos era esa tasa negativa superior a
0,5 por ciento). Sin embargo, es posible también que se produjera una
disminución «real» de la PTF
cuando se registraron problemas de degradación de la tierra. Es interesante
señalar que es la región del Cercano Oriente y África del Norte la que presenta
un crecimiento medio más elevado de la PTF. Tal vez, la característica más destacada de
estas estimaciones aproximadas de las tasas de crecimiento de la PTF es que muestran una gran
dispersión y variabilidad de una a otra región.
MEDICIÓN DE LAS TASAS DE CRECIMIENTO DE LA PTF
Los datos de AGROSTAT de la FAO permiten calcular la tasa
de crecimiento de la PTF
en el período comprendido entre 1961 y 1996, considerando siete factores de
producción. En primer término, se estiman estadísticamente las tasas de
crecimiento de la producción de cada uno de los factores.
En segundo lugar, se estima la proporción
de los factores para tres períodos determinados (1961-76, 1971-86 y 1981-96),
utilizando la relación factores/producción y estimaciones de la proporción de
los factores realizadas en estudios independientes de la India y el Brasil. A
continuación se explica el cálculo aritmético.
El crecimiento de la PTF (CPTF) se define como el
crecimiento de la producción (CP) menos el crecimiento de los insumos de
producción (CI)
CPTF = CP - CI
Se
puede estimar el aumento de la producción para los períodos 1961-76, 1971-86 y
1981-96 a
partir de los datos de AGROSTAT como el coeficiente b en una regresión del
grupo de datos para cada país.
log (P) = a + b año
El
crecimiento de los insumos se define como:
CI = PRSCS
+ PRRCR+ PRT CT + PRAN CAN + PRTR GTR + PRC CC + PRF CF
siendo CS el crecimiento de la superficie
cultivada, y PRS la proporción del costo;
CR el crecimiento de la superficie de
regadío, y PRR la proporción del costo;
CT el crecimiento en trabajadores
agrícolas, y PRT la proporción del costo;
CAN el crecimiento en animales de labor, y
PRAN la proporción del costo;
CTR el crecimiento en el número de
tractores, y PRTR la proporción del costo;
CC el crecimiento en el número de cosechas,
y PRC la proporción del costo;
CF el crecimiento en fertilizantes, y PRF
la proporción del costo.
Se
estimaron las tasas de crecimiento de cada factor para los tres períodos
utilizando el mismo procedimiento empleado para calcular la producción.
La
proporción de los factores se estimó calibrando los estudios de la PTF en la India y para el Brasil para
varios períodos.
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