Con la aprobación
del TLC no aumentarán las exportaciones de flores a Estados Unidos, pero se
evitará que estas se caigan por los problemas arancelarios que ponían en riesgo
la producción. El sector corría el riesgo de marchitarse si no se firmaba el
tratado, según señaló Augusto Solano, presidente de Asocolflores.
“Se acaba la
incertidumbre. Tenemos reglas de juego claras y permanentes y podemos
dedicarnos a otros problemas”, indicó el directivo gremial. El sector de la
floricultura ha tenido acceso libre de aranceles a EU desde hace 20 años por
pactos comerciales, pero en los últimos años “se han vencido, o lo renuevan al
último minuto”.
Incluso en 2010
se había vencido dicho acuerdo, y a los productores les alcanzaron a cobrar
aranceles. Las exportaciones se mantuvieron, dado que ya se ha desarrollado un
mercado gracias a la medida de arancel cero.
Por eso el TLC no
representará mayores exportaciones, sino que “impedirá que se caigan. Sin el
TLC empezábamos a caer”. Una mayor o menor exportación “dependerá de factores
de la economía de EU, y la tasa de cambio; como el desempleo, la confianza del
consumidor”, indicó Solano.
Situación similar
al sector cafetero, que ya ha conquistado el mercado estadounidense por
décadas.
Las flores
colombianas llegan a 89 países. La producción les da un empleo formal a 180 mil
personas en Colombia. “Es una noticia extraordinaria para toda esta gente. Sin
la firma, muchos empezarían a perder sus puestos”.
Industria
bananera
El TLC con
Estados Unidos significa para la agroindustria bananera una oportunidad para la
importación de tecnología, que contribuya al mejoramiento de su competitividad.
Así lo afirma Roberto Hoyos Ruiz, presidente de Augura, gremio bananero
colombiano.
En el primer
semestre de 2011 se han exportado 41.3 millones de cajas de banano colombiano,
por valor de US$341.4 millones. Una caída del 6.29% en volumen y un aumento del
0.82% en el valor, respecto al año pasado.
En 2010 las
exportaciones ascendieron a 95.9 millones de cajas de18.14 Kg., por valor de
US$713.7 millones. Un decrecimiento del -0.92% en volumen y un aumento de 1.14%
en valor, respecto al año 2009, cuando se exportaron desde Colombia 96.9
millones de cajas por valor de US$706.5 millones. “La ola invernal del segundo
semestre en las regiones productoras explica la disminución en los niveles de
exportaciones”, señala Hoyos, quien dio a conocer las cifras.
Las inundaciones
y desbordamientos en Magdalena explican la disminución de la cantidad
exportada. En ese departamento se bajó de 12 millones de cajas exportadas en el
primer semestre de 2010, a
9.3 millones en este año.
En Magdalena hay 11.886 hectáreas
sembradas, y en Urabá 32.327. Hay 600 productores afiliados a Augura. Generan
25 mil empleos directos y 100 mil indirectos.
El directivo
gremial precisa que “pese a los factores climáticos y al cambio del dólar, la
producción se ha mantenido constante y esta se mide por las exportaciones”. El
promedio de exportaciones es de 95 millones de cajas al año, representadas en
US$705 millones.
El impacto del
TLC no se reflejará en las importaciones, dado que el banano tiene arancel cero
en el mercado de EU. Además, los insumos necesarios para producirlo tienen
exención de impuestos en Colombia.
“Con el TLC se da
una oportunidad para la importación de tecnología y nuevas maquinarias que
contribuya al mejoramiento de nuestra competitividad, lo cual puede abrir
nuevos mercados”. Hoyos recalca que, para este sector, no hay amenazas o
perjuicios con el TLC.
Lácteos
“Tenemos mucho
trabajo por hacer, no podemos quedarnos quietos ni llorando por los efectos del
TLC”, afirma Jorge Andrés Martínez, director ejecutivo de Asoleche. Explica que
el gremio de los lácteos es uno de los sectores más sensibles de la aprobación
del TLC con Estados Unidos, puesto que supone grandes retos.
“Los ganaderos
tendrán la oportunidad de importar materia prima y maquinaria a bajo precio, lo
cual les permitirá reducir los costos de producción y ser más eficientes en el
manejo de buenas prácticas, que permitan aumentar la producción de leche de
calidad; para esto es necesario fomentar la asociatividad de los pequeños
ganaderos”.
De acuerdo con
Martínez, el impacto de los contingentes de productos lácteos ofrecidos a EU
será mínimo, frente al volumen de la producción colombiana de leche: 5.000 toneladas de leche en polvo llegarían
teóricamente a Colombia en el primer año de vigencia del acuerdo, lo cual
equivale a menos del 1% del total de la producción colombiana.
De igual manera
2.000 toneladas de queso, en particular madurado, llegarán al país al comenzar
el acuerdo comercial. “Es importante tener en cuenta que el mercado de queso
madurado corresponde a un nicho específico y pequeño, por lo cual existe un
gran potencial de crecimiento relacionado con la dinámica de la competencia en
un segmento de alto valor agregado”.
Para el sector
comienza un desafío en el proceso de implementación, que durará entre 6 y 12
meses antes de entrar en vigencia el acuerdo. Martínez lo considera una
“oportunidad” para que el sector haga los ajustes pertinentes en aspectos de
eficiencia, calidad e innovación.
Aunque cree que
la apertura comercial generará crecimiento, aumento de competencia y mayor
dinámica de mercado que beneficiará al consumidor, el director de Asoleche
remarca que se requiere especial atención a las medidas para proteger a los
pequeños ganaderos. En el país son 400 mil familias que podrían resultar
afectadas.
Los principales
retos están en la “solución de aspectos que le restan competitividad a los
productores de leche, en particular a las explotaciones de minifundio, las más
vulnerables y que se encuentran en desventaja frente a los ganaderos
estadounidenses, que gozan de ayudas internas otorgadas por el gobierno”.
El directivo
gremial indica que se requerirá un gran esfuerzo en la implementación de
políticas públicas para alcanzar el estatus sanitario norteamericano. De lo
contrario, “así exista desgravación arancelaria de doble vía, las exigencias
sanitarias se convierten en barreras no arancelarias para el ingreso de los
lácteos colombianos al mercado de Estados Unidos”.
Teniendo en
cuenta los plazos de desgravación pactados, entre 7 y 15 años dependiendo del
tipo del producto, Asoleche considera que la pronta ejecución del Conpes Lácteo
aprobado en 2010 es fundamental, con el objetivo de establecer medidas que
ayuden a atenuar los efectos de los TLC y mejorar la competitividad de la
cadena de valor.
Infraestructura
Los latentes
problemas de infraestructura y logística para transportar los productos
colombianos incrementan sus costos y los hacen menos competitivos. Esa es la
principal amenaza para Colombia de la aprobación del TLC con Estados Unidos,
según expertos en logística.
Andrés Felipe
Santos, coordinador de logística y producción de la Universidad del
Rosario, explica que el TLC genera incertidumbre en el sector privado por
factores como la corrupción en la contratación para el mejoramiento de la
infraestructura nacional, y la demora en el desarrollo de concesiones y
ejecuciones de los CONPES.
“Se han venido
elaborando planes de mejoramiento en la infraestructura por el Gobierno,
desafortunadamente los largos plazos de entrega, los fraudes y los demorados
tiempos de licitación han contribuido a que Colombia no esté del todo preparada
operacionalmente para un TLC con EU”, precisa Santos. EU participa con un 24%
en el PIB mundial. Colombia “necesita urgente un jalón económico en sus cadenas
de suministro, lo que conllevaría un crecimiento anual de hasta el 5%”.
El costo
logístico representa un 30% del valor de los productos de organizaciones
nacionales, tipo Pyme. Estos productos forman parte del 80% aproximado del PIB,
que se encuentra entre Bogotá, Cali y Medellín. Según Santos esto “complejiza
su distribución hacia el exterior, al hablar de mil, 700 o 600 kilómetros en
carreteras de sencilla calzada con tractomulas de hasta 35 toneladas”, para
llevarlos a los puertos.
Es una desventaja
comparativa frente al resto de países de Suramérica, que tienen sus ciudades
industrialmente representativas cerca a la costa. “Los centros de transferencia
de carga necesitan de modernización e inversión, así mismo los corredores
viales más importantes como Bogotá –costa Atlántica, y Bogotá – costa pacífica urgen de intermediación en arreglos de
mantenimiento (por la ola invernal) y por el diseño de la doble calzada”.
José Luis Alayón,
analista internacional de Acciones y Valores, explica que llevar las mercancías
en camiones a puertos a tanta distancia genera gastos adicionales que
incrementan los costos de los roductos colombianos. Además, hace falta
“aumentar la capacidad de carga de los puertos en el Caribe y el Pacífico. Que
puedan llegar buques de gran envergadura”. Si no, los cargueros deben hacer
transbordos y hay más costos. Alayón asegura que. “Hay muchas vías que llevan
al mar bloqueadas por el invierno”. Cuando los productos se represan, cada día
eleva su costo y se amenaza su calidad.
El río Magdalena
es una alternativa de transporte para descongestionar los corredores viales.
Por lo que Santos considera “importante que el Gobierno estimule a las
empresas, para que utilicen con mayor frecuencia esta vía, para que pueda ser
modernizada no solo en sus puertos sino también con sus cargueros, y mejorar la
modalidad, capacidad y tiempos de transporte”.
Depreciación del
peso.
“Para que sean
competitivos los productos deben ser baratos, y la forma de lograr eso es con
una buena tasa de cambio. Un peso devaluado sería óptimo”, advierte José Luis
Alayón, de Acciones y Valores. Considera que el que el peso colombiano se esté
apreciando es parte de las amenazas para ser competitivos al enviar productos a
otros países. La agenda interna para la productividad y la competitividad
estableció como estrategias prioritarias consolidar la red vial arterial,
ampliar la capacidad instalada de los puertos, articular la red férrea y
consolidar el transporte fluvial.
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